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“No existe mundo fuera de las murallas de Verona, solo purgatorio , tortura, infierno.
Ser desterrado de aquí es como ser desterrado del mundo, y el exilio del mundo es muerte”
(de Romeo y Julieta de William Shakespeare)
Lograr realizar los propios sueños en el trabajo.
Desde mi temprana infancia he sentido una atracción por Europa, cuando en mi país natal, Uruguay, sentía parientes y amigos que retornaban de largos viajes al viejo continente, narrar las bellezas que me hacían soñar despierto.
Fue solo al inicio de los años noventa que logré llegar aquí y hacer de lo que escuchaba sobre aquellas bellezas mi profesión.
Soy un acompañante de grupos turísticos y guía turística autorizada de Verona y de todo el territorio que la circunda: Valpolicella, el Lago de Garda, las Villas Vénetas, los jardines históricos…
Me gusta describir los monumentos históricos y el ambiente natural en el cual se encuentran. El amor por las plantas y las flores, el conocimiento de los nombres científicos y las leyendas que sobre ellas se Narran, es otra de mis grandes pasiones.
Mi idioma materno es el español, nací y me eduqué en Uruguay donde concurrí a la escuela y liceo finalizando los estudios obligatorios.
El estudio de los idiomas se transformó posteriormente en mi interés principal.
Frecuenté el Istituto Italiano di Cultura de Montevideo donde aprendí el Italiano , el idioma de mis antepasados.
Para proseguir los estudios de Alemán me puse en las manos expertas del Goethe Institut, mientras que para el francés frecuenté los cursos de la Alliance Française del Uruguay.
El idioma Inglés lo estudié en el Instituto Anglo Uruguay.
Con los conocimientos adquiridos y con el firme deseo de abrirme nuevos horizontes en la vida, partí hacia Europa. Pasé un largo período de tiempo en Alemania, gracias a una beca del Goethe Institut para perfeccionar y profundizar el conocimiento del idioma alemán.
Mi próxima meta fue Italia.
Habiendo obtenido la habilitación como acompañante turístico, traté de aprovechar las bellezas del Lago de Garda para trabajar, conquistando rápidamente la confianza de las mayores agencias de viaje de este territorio. Las destinaciones en las cuales acampañaba los grupos de turistas extranjeros continuaba a aumentar, y junto a ello mis conocimientos desde el punto de vista histórico, artístico y cultural: Verona, Venecia, Milán, Mantua, toda la Toscana, el Lazio y Roma en particular, las Dolomitas y el Lago Maggiore, el Golfo de los Poetas en Liguria, etc. .. De este modo tantos de los monumentos que había visto de pequeño solo en las postales que llegaban a casa, y aquellos que había visto en los libros de historia se presentaban delante de mí.
Más tarde obtuve la habilitación como guía turística autorizada de Verona, donde me he establecido y desde hace más de veinte años ejercito mi profesión.
Verona, junto con Venecia , fue una de las primeras ciudades donde acompañé grupos de turistas extranjeros y aún recuerdo el asombro cuando vi por primera vez la Arena (el anfiteatro romano de Verona) en la plaza principal del casco antiguo.
En el transcurso de los años he aprendido a conocerla mejor, a descubrir sus secretos, sus tesoros ocultos así como también sus tradiciones y curiosidades. Verona es un gran mosaico de épocas históricas que se amalgaman bien en su estructura urbana. La ciudad tiene un gran encanto aunque sea una ciudad pequeña, donde se entrelazan culturas y miles de turistas que desean conocerla. Su fama en el mundo entero se debe a la trágica historia de amor de Romeo y Julieta, pero Verona es mucho más que un símbolo del amor. Sus museos, sus iglesias, las hermosas plazas del centro histórico que nos hacen volver al pasado con la fantasía, las puertas del período Romano al Renacimiento, sus murallas que narran la evolución histórica de la ciudad, el festival de las óperas en la Arena, su naturaleza y sus jardines históricos, la Navidad; cada estación y cada rincón nos conduce a un nuevo descubrimiento.
Recorrrer las orillas del río Adige es como dar vuelta las páginas de un álbum de postales, que cambia continuamento: pasando de las verdes colinas a la silueta de los puentes sobre el río, de las iglesias y sus torres campanarias a los colores de la arquitectura que se han quedado inmóviles en el tiempo.
Por todas sus bellezas históricas y artísticas, su gastronomía, sus vinos de gran valor, sus tradiciones y curiosidades, vale la pena visitar Verona en compañía de un guía que les ilustrará su historia y sus tesoros.
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