El río Adigio atraviesa Verona formando dos meandros que desde siempre han protegido y abrazado la ciudad.
Las dos orillas están conectadas por numerosos puentes y vuestro guía os acompañará a descubrir una ciudad insólita, donde desde la época romana hasta hoy el desarrollo urbano siempre ha estado condicionado por la presencia del Adigio.
No sólo eso, porque el río también trae consigo curiosidades y detalles quizá poco conocidos, pero intrigantes, que han definido la arquitectura de muchos edificios, tanto religiosos como civiles, a lo largo de los siglos.